El asesinato a sangre fría de un alcalde que perseguía en persona a delincuentes en el oeste de México, ha impulsado a examinar a fondo la estrategia de seguridad de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Indignados ante el crimen de Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, en el estado de Michoacán, decenas de manifestantes prendieron fuego edificios públicos en protestas realizadas el domingo y el lunes en diferentes ciudades de esa región.
